Bonobo

Josep Julien

Una road movie frenética. ¿Podemos escapar de la violencia?


Fadi tiene un objetivo. El proceso que arrancó hace unos años está a punto de culminar. Le tiemblan las piernas y, por primera vez tras muchos meses de entrenamiento, se ve incapaz de conducir la furgoneta hasta su espantoso objetivo. Un imprevisto en una gasolinera trastocará sus planes y lo abocará a una huida hacia adelante en forma de road movie a través de buena parte de la geografía del Estado.


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La tarde del 21 de agosto de 2017, Younes, un chico de veinte años, fue abatido por los Mossos de Esquadra en una viña en el término municipal de Subirats, en la comarca del Alt Penedès. Justo al lado de casa. En efecto, mi familia y yo vivimos muy cerca de donde aquel chaval de Ripoll acabó su delirante y horrible viaje. Muy cerca. Tanto, que fuimos testigos involuntarios de todo.

Aquel atardecer no ha parado de rebotar dentro de mí desde entonces. Y duele. Un dolor extraño, difícil.

Bonobo es un thriller, una road movie desesperada, una huida hacia adelante. Y también es una herramienta que me he inventado, amparándome en el enorme poder de la ficción, para robarle a aquel cadáver postadolescente su condición de persona, hacerlo personaje y poder formular, así, las preguntas que me provocan este dolor. Preguntas que me parecen cruciales en el contexto moral y sociopolítico de esta primera mitad de siglo. Me pregunto quién es él y quiénes somos nosotros. Me pregunto si existe una posibilidad real de redención. Por el odio me pregunto, y por la piedad, como motores y valores intrínsecos de los humanos. Por la fragilidad de nuestras convicciones, de nuestra identidad, y sobre la existencia o no de segundas oportunidades en la vida de las personas. Muchas preguntas. Demasiado pocas.


Josep Julien

• Espectáculo incluido en el abono.